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Ismail persigue excelencia acedémica

Por Priscilla Peñate

En Egipto, cuando Amani Ismail era sólo una niña de cuatro años, su papá le dijo que detuviera el ascensor del edificio y que enseguida él regresaría. La niña curiosa no pudo detener el ascensor, el cual siguió bajando y subiendo varios pisos. Cuando su papá no la vio en el ascensor, fue a buscarla por todo el edificio de apartamentos. Finalmente, la encontró en el baño público con una señora que la cuidaba mientras alguien regresaba por ella. 

Cualquier niño de esa edad habría llorado si enfrentara esta situación, pero la niña nunca tuvo miedo ni se preocupó por no ver a su padre cuando se cerraron las puertas del ascensor. 

“No tenía nada de miedo porque me sentía como que yo era independiente. No recuerdo que me hayan regañado porque sólo lo hice por lo aventurera que era a los cuatro años. Y de todos modos era la responsabilidad de mi papá”, dijo Ismail.

Ismail nació en Egipto, donde vivió una gran parte de su juventud hasta que su familia se mudó a Kuwait. Allí vivió con su familia hasta la invasión de Kuwait por los iraquíes. Después de la invasión, su familia decidió mudarse a Egipto de nuevo, pero no se quedó por mucho tiempo. La liberación y los incendios de los barriles de petróleo tuvieron un gran efecto en sus vidas.  Con tanta contaminación en el aire, su familia decidió que sería mejor para la salud de los niños salir de Egipto y se mudaron nuevamente a Kuwait, donde Ismail vivió hasta que completó su educación secundaria.

Su secundaria otorgaba premios a los mejores estudiantes al fin de cada año y para Ismail no era nada nuevo recibir un premio, ya que era una estudiante muy dedicada y preparada. Sin embargo, en el último año de la secundaria, todos los premios se habían distribuido e Ismail no recibió ni siquiera uno. Estaba tan sorprendida que fue a hablar con el director de la escuela, quien le explicó que los maestros la habían elegido como la mejor estudiante en general. Para ella, era un reconocimiento por su trabajo importante.

“Sentía que me merecía algo”, comentó Ismail. “La gente debe luchar por lo que cree y no darse por vencida si de verdad creen que es merecido”.

Poco después su hermano mayor, quien estudiaba en la Universidad de Iowa, le recomendó estudiar allí también. Para Ismail, esta mudanza fue una de las más difíciles de su vida porque por primera vez estaría muy lejos de su familia.

“El primer semestre mi papá se quedó para acompañarme”, ella dijo. “El día que partió fue uno de los momentos más horribles y amargos de mi vida”.

Con el tiempo, Ismail empezó a adaptarse más a su ambiente y a extrañar un poco menos a sus padres. Su hermano la introdujo a los cursos que la universidad ofrecía y la interesó mucho en el programa de periodismo y comunicaciones porque siempre había tenido una pasión por escribir y siempre ha sido una lectora voraz.

“Pienso que por eso hago lo que hago”, señaló Ismail, quien considera que los éxitos académicos son la mejor manera de ganar confianza en uno mismo. “Me entusiasmaba por terminar un libro para poder comenzar a leer otro”.

Aunque Ismail es árabe, ella dice que no sufrió discriminación mientras estaba en Iowa.  Después del 9/11, muchos maestros de la universidad le preguntaron si alguien le estaba dando problemas por ser árabe. Muy llena de confianza, ella respondió: “¿Se atreverán?” 

Ismail se mudó a California en 2006 para trabajar como profesora en CSUN, donde encontró con una gran diversidad cultural. Para ella, su cultura es un elemento muy importante en su carera y su vida personal.  La cultura árabe está impresa en ella, y los estudiantes aprecian esto.

“El conflicto palestino-israelí es tan importante que está en el corazón de nuestra cultura”, comentó Sahar El Zahed, una de sus estudiantes de posgrado.

“Pienso que incorpora su propia cultura en sus cursos de una manera equilibrada que ayuda a los estudiantes a aprender nuevos temas que no pueden aprender de los medios o de sus propias experiencias”, agregó. 

En sus dos años como profesora en CSUN, Ismail ha resaltado la importancia de educar al público sobre el tema de terrorismo en los medios de comunicación. Uno de los cursos que enseña trata de ese mismo tema.

“Su manera de enseñar promueve la discusión donde se pueden compartir varias opiniones y experiencias.  Pienso que es útil y permite que los estudiantes retengan la información mejor y relacionarlo con lo que ven y viven”, dijo Christina Semaan, estudiante en su programa de maestría.

El mensaje que Ismail desea transmitir con su trabajo es que hay temas más grandes que los de una persona que requieren mayor atención. En el futuro, Ismail espera poder conocer y educar a más estudiantes, y al mismo tiempo conocer a los colegas con los que comparte la misma pasión. Peru su principal deseo es crear conciencia sobre esos temas importantes que afectan a tanta gente.


Iman Jafarynejad/El Nuevo Sol

Ismail, una inmigrante egipcia que enseña en CSUN desde hace dos años, es una lectora voraz con una gran pasión por escribir. Ella se especializa en temas como el terrorismo y la cobertura sobre el conflicto entre Israel y Palestina.


Iman Jafarynejad/El Nuevo Sol